Qué pasa cuando se juntan un judío, un cristiano y un musulmán: la cena que compartieron tres religiones

24/Abr/2023

El Observador

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En una misma mesa se sentaron en la noche de este jueves mormones, católicos, protestantes, judíos y un musulmán en un “diálogo interreligioso” que organizó el Congreso Judío Latinoamericano. Veinte personas de diferentes religiones se reunieron para celebrar la Semana Santa de los católicos, el Pésaj de los judíos y Radamán de los musulmanes. Crédito foto: Fernando Gutiérrez 

–Andrés. Soy cristiano metodista, protestante. Obviamente, dulce de leche granizado.

–Félix. Soy argentino. Soy católico. Chocolate Bariloche.

–Victoria. Soy de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Y el helado: menta granizada.

–Stefani. Soy judía. Mi gusto preferido es vainilla.

Nombre, religión y gusto de helado preferido fue la consigna rompehielo para que miembros de diversas religiones se presentaran en una mesa servida con comida típica judía.

En una misma mesa se sentaron en la noche de este jueves mormones, católicos, protestantes, judíos y un musulmán en un “diálogo interreligioso” que organizó el Congreso Judío Latinoamericano. El encuentro entre las distintas religiones no fue al azar: en abril los católicos celebraron la Semana Santa, los judíos el Pésaj y los musulmanes el Ramadán. “Lo que se va a servir en la mesa hoy es comida propia de la tradición judía. Tiene mucha papa, cebolla, harina, pescado”, explicó el judío Hori Sherem.

“¡Qué más lindo que encontrarnos a celebrar! Y en las tres miradas espirituales y religiosas no hay celebración si no hay comida arriba de la mesa”, dijo el rabino Daniel Dolinsky, que estaba sentado en la cabecera de la mesa junto a Martín de Salterain –católico–, el sheik Samir Selim –musulmán– y Hori Sherem –judío–.

El objetivo, dijo Dolinsky, es mostrar que “compartido es más lindo. Los mensajes de estos tiempos son de fragmentación, de división, grietas y nosotros hoy queremos ir en contra de todo eso”, dijo. Los católicos y el sheik –así se les llama a las personas respetadas en la religión musulmana– Selim, oriundo de Egipto escucharon al rabino que les explicó los significados y los símbolos del Pésaj, la pascua judía.

Selim dijo en conversación con El Observador que fue miembro de la mesa del diálogo interreligioso en Uruguay, que se encontraba de forma mensual en el Centro Egipcio, en una iglesia, en un café. El objetivo es “sentir que somos iguales y que enriquecemos la vida cuando personas de diferentes religiones se encuentran. Mostramos qué significa la paz, que podemos vivir juntos en un país laico como Uruguay”, dijo.

Para el católico Martín de Salterain encontrarse con judíos y musulmanes rompe con las visiones “reduccionistas” y agregó: “Siendo cristiano, conocer del judaísmo no es solo conocer otra religión sino que (los judíos) son nuestros hermanos mayores en la fe”.

Para las personas que no eran judías, la cena fue prácticamente una clase sobre judaísmo dictada por el rabino. “A ver, los judíos ayúdenme”, dijo cada tanto Dolinsky mientras contaba las historias de su colectividad al resto de las religiones. Dolinsky invitó a todos a que probaran el clásico matzá que es, básicamente, un pan sin leudar hecho solo con harina y agua. “Los judíos ya estamos un poco podridos de la matzá”, se quejó en tono de broma.

Frente al rabino había una bandeja blanca, era la keará de Pésaj. Tenía una naranja, una pata de pollo y un huevo duro. Y Dolinsky puso en práctica el cruce de experiencias entre las religiones y le pidió a De Salterain, de la Iglesia Católica, que explicara por qué había una naranja en la keará. Y De Salterain superó la prueba y explicó la historia.

“Voy a decir todos los nombres mal”, dijo De Salterain entre risas. “No recuerdo si esto fue reciente. Pero sé que en la Sinagoga de no sé dónde, una mujer… ¿Heschel?, que no sé mucho quién es”, agregó. “Su padre fue quizás uno de los teólogos más grande del siglo XX”, le respondió el rabino Dolinsky.

“En un momento ella habló en una Sinagoga del púlpito y otra persona más ortodoxa gritó algo así como que una mujer hablando del púlpito, tenía tanto lugar como una naranja en una keará de Pésaj y mucha gente, como una keará inclusiva, puso la naranja”.

“Esto es diálogo interreligioso”, bromeó el rabino ante la explicación sobre la naranja en la keará.